Madrid, 5 dic (EFE).- Hubo una vez un mago que modernizó el cuento clásico con dibujos animados y arte... Se llamaba Walt Disney. Hace 110 años nacía en un hogar humilde de Chicago. Decir Disney es amar su calidad técnica y narrativa, gracia, emotividad, valores y delicadeza exquisita en cortos, documentales y películas maravillosas, que han inspirado las actuales. En 1923 abrió su estudio en Los Ángeles con su hermano Roy, su amigo Iwerks "el rápido" (hacía 700 dibujos al día) y una pequeña familia de caricaturistas que pronto crece a 300, hasta los 2.000 actuales en 20 edificios de la compañía.
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