Una avalancha de enfervorecidas fans ha provocado que la policía australiana haya tenido que cancelar un concierto del cantante adolescente Justin Bieber en Sídney.
El suceso ocurrió cuando 3.500 niños que hacían cola desde la madrugada para entrar al recinto decidieron traspasar el cordón para acercarse al escenario, según el subcomisario Dave Owens.
Varios adolescentes sufrieron lipotimias y tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos. El subcomisario culpó de los hechos a los padres por haber dejado solos a sus hijos haciendo cola de madrugada.
Bieber, quien se encuentra en Australia para promocionar su nuevo álbum "My World 2.0", tenía previsto celebrar un recital gratuito en Circular Quay, cerca de la Casa de la Ópera de Sídney.
Ya hace un año, un concierto suyo en Nueva York tuvo que ser suspendido porque las medidas de seguridad eran insuficientes para el enorme número de aficionados que iban a asistir.
El adolescente canadiense se hizo famoso cuando fue invitado a la Casa Blanca para cantar ante la familia Obama, y ahora es uno de los artistas más populares entre los quinceañeros de Estados Unidos.
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