Lindsay Lohan es una fuente de noticias inagotable. Cada una de sus apariciones o de sus ingresos en centro de rehabilitación generan miles de portadas. Diariamente tiene que vivir rodeada de paparazzi, hasta el punto de que le impiden conducir. Lindsay ha decidido pedir una orden de alejamiento para los paparazzi.
Los paparazzis se han convertido en la peor pesadilla de Linsay Lohan. Es tal el acoso y seguimiento que recibe la actriz que ya no puede ni conducir. Siente que sus libertades han sido coartadas. La solución que ha encontrado Linsay es pedir una orden de alejamiento para los paparazzi.
Lohan mejora día a día en su proceso de rehabilitación, por ello cada día gana privilegios, el último es el de poder conducir, actividad que se ve limitada por la de fotógrafos que se agolpan sobre su coche a diario.
Según informa TMZ, desde Betty Ford – el centro donde se encuentra Linsay recuperándose de sus adicciones - han considerado esta situación y han retirado a la actriz su autorización para conducir, ya que temen que se vea envuelta en un accidente provocado por estos paparazzi.
Muy indignada la actriz le ha transmitido su enfado a su abogado, para que solucione el problema. Pero mientras esto se tramita Lindsay deberá permanecer una temporada más sin salir de la clínica o cogiendo el autobús. Bienvenida al mundo real.
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