El fenómeno Justin Bieber llega a España

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

Justin Bieber, el último ídolo adolescente, es el nuevo número uno de la lista española de los discos más vendidos, por encima de Joan Manuel Serrat y Miguel Bosé. Tiene solo 16 años, pero ya se ha hecho el rey del mundo gracias a My worlds. En Estados Unidos se ha convertido en el artista más joven en tener dos discos en el top cinco (ahí ha publicado también My world 2.0). Hazaña que antes solo había logrado Stevie Wonder. Y en Australia la policía suspendió en abril un recital gratuito en Sídney después de que miles de sus fans rompieran la barrera de seguridad y algunos resultaran heridos.

Para los que aún andan despistados sobre quién es este minicrack, ahí van algunos datos: aparte de cantar, toca la trompeta, la guitarra, la batería y baila con desparpajo en sus shows y videoclips. Y lo más increíble: comenzó su carrera gracias a Youtube, que es donde le descubrió el que luego se convirtió en su mánager. Fue verle, coger un avión y plantarse ante él con un contrato discográfico de Island Records.
A Bieber le encanta cantar a ritmo de pop y R&B letras de amor adolescente. Pero para ligar prefiere a las maduritas. Lo intentó con la mismísima Beyoncé. Y con la novia del piloto de fórmula 1 Lewis Hamilton, Nicole Scherzinger (de 32 años), quien relató que mientras ella hablaba con Lionel Richie en un estudio de grabación, Bieber se le acercó y le soltó: «Yo no puedo seguir aquí. Tengo que salir. Eres demasiado hermosa». Y hasta la inefable Paris Hilton ha dejado escrito en su twitter: «Qué lindo y qué voz tan hermosa. Amo su música».
Otras curiosidades: Kim Kardashian, celebrity norteamericana fruto de sus portadas en Playboy, recibe amenazas de muerte desde que lució una camiseta que decía: «Mrs. Bieber» (señora Bieber). Y la corpulenta Gabourey Sidibe (la oscarizada por Precious) ha explicado que coincidió con él en una cena en la Casa Blanca y que al hacerse una foto a su lado empezó «a sentir calor». «¡La fiebre por Justin Bieber se apoderó de mí!», bromeó.