27 abr 2010

Tim burton es más peligroso que Walt Disney

Matías Vallés

Walt Disney ocupa un lugar sobresaliente entre los malefactores de la humanidad. De hecho, cuesta compararlo con los tiranos de ordenanza, que po-­drían considerarse lícitamente infamados por la equivalencia. Para encontrar un cataclismo de igual magnitud en la historia del cine, hay que repasar la soporífera filmografía de Tim Burton, el hombre que se creía imaginativo. Esta convicción ha sido sofocada durante décadas por una nube tóxica de adeptos, que veían sus últimas películas en veinte pulgadas tras descargarlas de internet, y que le consagran incluso exhibiciones mu-seísticas. De ahí el extraordinario mérito de Alicia en el país de las maravillas, que ha desenmascarado al impostor.

La única catástrofe que empeora la disyuntiva Disney o Burton es la conjunción Disney y Burton. En efecto, los dos genios malignos se superponen en Alicia. Se necesitaba una conspiración de ese calado para anular el clásico de los clásicos, el único libro indispensable gracias a que huye de los tentáculos de la literatura. Para que se entienda, Borges es un dilatado escoliasta de Lewis Carroll, desde un respeto reverencial hacia la versión lógica de El origen de las especies.
Tim Burton pervierte Alicia como la lucha del bien contra el mal, cuando Carroll quiere demostrar que son indistinguibles. La indigesta película ahora perpetrada es un cóctel del bestiario de Avatar con las interminables carreras por el bosque que justifiquen el 3-D. Las ilustraciones originales de John Tenniel poseen más vitalidad que el batiburrillo de efectos estériles que ha amontonado el socio de Walt Disney.
En cuanto parece que una película no puede empeorar, aparece Johnny Depp, a quien nadie avisó de que no estaba inmerso en otra secuela de Piratas del Caribe. Su interpretación contribuye a anular el mensaje de Carroll, sobre la imposibilidad de un enunciado que no pueda ser rebatido, y así sucesivamente en una cadena infinita de refutaciones. De nada sirven los injertos shakespearianos
—«figment of my imagination»— o maquiavélicos, cuando la reina prefiere ser temida antes que amada.
La inanidad de Alicia rebaja su toxicidad, y ni una sola lectora se encaminará hacia el libro tras haber visto la película. Bienvenida sea la inmolación cultural, a cambio de desnudar las carencias de Tim Burton, solo o en compañía de Disney.

1 comentarios:

Capde dijo...

Mira tus injurias y difamaciones tan infundadas me han picado lo suficiente como para perder un poco de mi tiempo a responderte. Y es que me parece muy fuerte que bases la carrera de un grandisimo cineasta com es Burton en una sola película. Ademas, si bien la Alicia de Burton no es la mejror que hemos podido ver en pantalla no es ni de lejos la peor.
También tenemos tu critica a los efectos visuales de la peli, que, mira tu que casualidad, ha sido el elemento mas alavado por parte de todos los críticos mundiales.
Por no hablar de todos tus comentarios peyorativos sin fundamento alguno.¿"Nube tóxica de adeptos"?
Que pena mas grande me das
Y cuando ya me pensaba que no podías caer mas bajo, vas y te metes con Johnny Depp. Vamos eso si son bemoles jaja Ahi hasta me hiciste reir la verdad, porque me confirmaste tu completa ignorancia sobre el cine y sus acores, ya que has ido a meterte con uno de los mejores.